Iluminación al alcance de la mano.
Esta cosa es algo que no puede enseñarse, que solo puede experimentarse. Está al alcance de la mano de todo el que de forma sincera, auténtica y con coraje se abre a la nueva visión, sale de su lugar propio para ir al lugar común, acepta cambiar de enfoque y entrar en su interior con arrojo y decisión.
Algunos maestros intentan convertir esto de la iluminación en algo muy especial, solo al alcance de pocos esforzados, especie de superhombres que, tras denodados esfuerzos de trabajo en el cojín, logran por fin una esotérica transformación de la conciencia y alcanzan una naturaleza diferente, como si hubiesen mutado la mente. Esto confunde a la gente normal y puede convertir esto del Chan/Zen en una religión de moda.
Las historias antiguas sobre la iluminación pueden confundir, como una consecución de esforzados héroes, no al alcance de personas corrientes. Esto es un gran error. La iluminación es nuestro estado natural. Lo que no es natural es el estado dormido en que vivimos.
Puede que alguien caiga en la tentación de convertir esto de la práctica espiritual en formulas especiales, secretas, que pueden ser enseñadas solo a los practicantes avanzados, en filosofías alternativas para los que deciden romper con su vida corriente, y creer que las escuelas de zen son escuelas de redención del linaje humano. Las escuelas de zen son solo escuelas para el adiestramiento de la atención y para aprender a vivir la vida ordinaria. No hay nada especial en el despertar, pues es lo que ya tenéis y sois por vuestra propia naturaleza. Despertar es abrir los ojos a lo que cada cual tiene delante, y esto no es algo como un parto, aunque el parto, que es sacar fuera lo que está dentro, es una buena imagen para lo que debemos hacer. Es algo que puede intuirse, puede realizarse poco a poco, o venir de forma abrupta. Pero al estar ya allí, no es ninguna meta a conseguir, ni ninguna enseñanza especial que pueda ser transmitida. Mas importante que el que un día un practicante de pronto vea la realidad, es que incorpore esta realidad que ve de forma práctica en su vida ordinaria. Son demasiados los casos de personas que dicen tener experiencia de iluminación y luego su vida no esta iluminada por la sabiduría ni por el amor desinteresado hacia todos los seres. ¡Menuda falsedad de iluminación es esa, por muy llena de aparato y epifanías que esté! Incluso es fuente de escándalo para muchos, y motivo para inflar mas el ego de quien lo experimenta.
La enseñanza de la iluminación repentina e inmediata de la escuela del Ch´an del Sur es una no enseñanza, es ver directamente lo que está al alcance de la mano, y sobre todo no volver a dormirse en los laureles, sino llevar a las acciones de nuestra vida este ver y este experimentar.
¿Cómo podría hablaros de esto con palabras sin caer en conceptos ni en teorías? Es mejor que cada cual se esfuerce en vivirlo directamente, pues está al alcance de todos los que quieran mirar. Por eso insiste el maestro:
“Y vosotros, seguidores de la Vía que habéis venido a estudiar, estáis aquí de modo que podáis buscar el Dharma... El dharma de la mente impregna las diez direcciones. Está actuando en este momento frente a vosotros... Seguidores de la Vía, buscadlo, atrapadlo y utilizadlo, pero no le pongáis etiquetas.”
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Fuente: Enseñanzas Zen del Maestro Lin Chi
Traducción y edición Burt Watson
Ed. Liebre de Marzo-2008
Imagen: Representación de Linji Yixuan
(en japonés, Rinzai Gigen)