MAESTRO ZEN WÚ DǍO - La arrogancia - Budismo zen Alicante.


El exceso de orgullo o la actitud de superioridad pueden tener consecuencias negativas en nuestras vidas y en las relaciones con los demás.

Cuando nos sentimos superiores o nos enorgullece demasiado nuestras habilidades, corremos el riesgo de volvernos arrogantes y menospreciar a los demás. Esto puede llevarnos a tratar a las personas con desdén, menospreciar sus logros o ignorar sus perspectivas y opiniones.

El exceso de orgullo puede crear barreras y dificultades en la comunicación y la colaboración. Las personas pueden percibirnos como arrogantes o insensibles, lo que puede generar resentimiento y alejamiento en lugar de generar conexiones y relaciones positivas.

Además, el orgullo excesivo puede nublar nuestro juicio y hacernos menos receptivos a los comentarios, consejos o críticas constructivas. Esto puede limitar nuestro crecimiento personal y profesional, ya que perdemos oportunidades de aprendizaje y desarrollo.

El maestro Yuanwu decía: "El menor vestigio de superioridad u orgullo por tu capacidad te conducirá al desastre."

Es importante ser consciente de nuestras propias actitudes y creencias y tratar de mantener una perspectiva humilde y abierta hacia los demás.

Esto implica prestar atención a nuestros pensamientos y emociones y reflexionar sobre cómo influyen en nuestras acciones y decisiones. Así mismo, puede ayudarnos a comprender mejor nuestras motivaciones y a tomar decisiones más correctas.

Mantener una perspectiva humilde y abierta hacia los demás implica reconocer que no lo sabemos todo y que siempre hay algo que podemos aprender de los demás. Esto nos permite escuchar y aprender de las experiencias y perspectivas de los demás, lo que puede enriquecer nuestra comprensión del mundo y mejorar nuestras relaciones con los demás.

Cuando dejamos de estar tan centrados en nosotros mismos, experimentamos un silencio interior. Esto significa que cuando dejamos de darle tanta importancia a nuestros deseos y preocupaciones personales, nuestra mente se calma y se aquieta.

Ese silencio interior es lo que se considera como verdadera meditación. Es un estado de calma y tranquilidad mental en el que podemos experimentar una conexión profunda con algo más grande que nosotros mismos. Podemos sentirnos conectados con lo divino o lo sagrado.